Tras el Camões de la semana pasada a la mozambiqueña Paulina Chiziane, el Neustadt va a parar a las manos del senegalés Boubacar Boris Diop, mientras que su compatriota Mohamed Mbougar Sarr ha ganado el Goncourt francés y el sudafricano Damon Galgut, el Booker.
Hace apenas unos días que cerró sus puertas la novena edición del Ake Arts & Book Festival. La fiesta de la literatura africana por excelencia, con origen en la muy literaria ciudad de Lagos y la fértil mente de la novelista Lola Shoneyin, se vuelca ahora por completo en las redes sociales, tornándose así accesible a los lectores de cualquier punto del planeta. Consecuencia feliz de la pandemia, esta virtualidad resultó en que la célebre cita cultural invitara en su última edición a 800 creadores y pensadores, que dialogaron en abierto y para nuestro puro deleite durante tres días. El tema elegido para sus conversaciones fue la creatividad. Algo que no le falta al continente.
Antes de que el Ake arrancara, la revista de artes africanas Wiriko ya destacaba dos encuentros del programa. El primero reunía a la escritora etíope Maaza Mengiste y al tanzano Abdulrazak Gurnah, nuevo Nobel de Literatura. Mengiste firma El rey en la sombra, una novela que fue candidata al Booker el año pasado, además de ser declarada mejor libro del año del New York Times y uno de los diez mejores libros africanos contemporáneos según The Guardian. Esta novela acaba de traducirse al español en Galaxia Gutenberg. Gurnah ha pasado de que lo conozca un mínimo puñado de lectores a tener asegurada la publicación de su obra en español en el sello Salamandra y recibir una inusitada atención por su última novela publicada, Afterlives, la décima que firma.