Tras varios viajes de voluntariado, Pippa Biddle se dio cuenta de que su actividad no servía de nada. Acaba de publicar un libro en el que denuncia la estructura colonial que está detrás de este tipo de turismo. — Interés económico, proyectos vacíos y racismo: lo que hay detrás del voluntariado de Instagram
Siete años atrás, Pippa Biddle escribió en su blog un post sobre su experiencia como voluntaria en el extranjero. En él contaba sus dificultades para hablar en español a niños con VIH en República Dominicana y cómo los lugareños en Tanzania pasaban toda la noche rehaciendo las construcciones defectuosas que ella y sus compañeros de clase habían hecho.
«Participar en proyectos de ayuda humanitaria donde no eres particularmente útil no es beneficioso», escribió. «Es perjudicial».
El post, que alcanzó más de dos millones de visitas, impactó entre un movimiento de personas que se sentían igualmente intranquilas respecto al número creciente de voluntarios no cualificados en orfanatos, escuelas y hospitales alrededor del mundo.
En aquel entonces, Biddle tenía 21 años y sabía poco sobre el tema más allá de sus propias experiencias. «Creí que había inventado el término ‘volunturismo’. No sabía que era una palabra que la gente usaba». La respuesta alentó a Biddle a investigar sobre el turismo de voluntariado y las maneras en las que ha dañado y continúa dañando a las personas que pretende ayudar, lo que le llevó a escribir su libro ‘Ours to Explore: Privilege, Power, and the Paradox of Voluntourism’ (‘Lo nuestro por explorar: Privilegio, poder y la paradoja del volunturismo’).
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