La experiencia de una cuarentena aislado y encerrado puede parecerse -jamás igualarse- a la experiencia del cautiverio, a saber, un estado de privación de libertad prolongado. Según la RAE, “en manos de un enemigo”.
Es decir, el cautiverio no es un tiempo ni de retiro ni de aislamiento voluntario para meditar, leer o descansar. Aunque no quita que pueda transformarse en eso. El cautiverio como la cuarentena implica una fuerza externa, un mandato que, incluso cuando se asume como propio, obedece a una autoridad impuesta. Por eso no es siempre fácil y muchas veces provoca una sensación de falta de libertad. Al menos aquella “para hacer”.
Para seguir leyendo: https://www.religiondigital.org/una_iglesia_hibrida/Teologia-cautiverio-emergencia-coronavirus-fe-diferentes-confinamientos-liberacion_7_2218648123.html