Discuten los historiadores hasta qué punto es cierto este acontecimiento espeluznante protagonizado por los soldados de Herodes, el rey infanticida, que un mal día decidió pasar por la espada a los infantes menores de dos años en Belén y su comarca. Quienes cuestionan la historicidad de este acontecimiento, arguyen a su favor, el hecho de que no fue recogido por Flavio Josefo u otros historiadores de la época, cuando el acontecimiento de haber sucedido era más que reseñable. Argumento demasiado débil para mantenerse en pie; mucha más consistencia parece tener el hecho de que Herodes, con tal de que nadie le arrebatare el puesto, era capaz de esto y mucho más, por eso habría de tener lugar el trágico suceso. Sobre todo, está el testimonio de Mateo, que es quien se encarga de decirnos lo que verdaderamente sucedió. Dejemos que sea él quien nos lo cuente con sus propias palabras: “El Señor se apareció en sueños a José y le dijo: levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y estate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”.
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