

Silvia Laboreo Longás – EL PAIS – 25 MAR 2025
En 2023, 4,8 millones de niños murieron en el mundo antes de cumplir los cinco años, la mayoría por causas prevenibles, según un informe del Grupo Interinstitucional de la ONU para la Estimación de la Mortalidad en la Niñez (UN IGME, por sus siglas en inglés) publicado este martes. Casi la mitad de estas muertes (2,3 millones) se produjeron en los primeros 28 días de vida.
Además, en 2023 se registraron 1,9 millones de muertes prenatales en 2023, según otro informe del grupo difundido también este martes y que indaga en la mortalidad que se produce después de 28 semanas de embarazo, pero antes del parto o durante este. “Dos de cada cinco bebés murieron durante el parto, un momento en el que se pueden prevenir la mayoría de las muertes fetales”, explica el documento, que prevé que, si no se toman medidas, se produzcan 30 millones de muertes de niños menores de cinco años antes de 2030, y 13 millones de mortinatos hasta ese año.
Desde 2000, la tasa mundial de mortalidad de niños menores de cinco años se ha reducido a la mitad y ha pasado de 77 muertes por cada 1.000 nacidos vivos, a 37 por cada 1.000 en 2023, el último año estudiado. Sin embargo, estos progresos se han ralentizado en un 42% entre 2015 y 2023, en comparación con las mejoras logradas entre el año 2000 y 2015.
Un niño de un país de renta baja tiene un riesgo diez veces mayor de morir en el primer mes de vida que uno de renta alta.
La ONU subraya que estos avances están ahora aún más en peligro por los recortes de financiación de los principales donantes, de los que ya se están viendo las consecuencias en los programas de salud infantil. Escasez de personal sanitario, cierre de clínicas, falta de suministros, interrupción de programas de vacunación y de tratamientos como el de la malaria están impactando en territorios donde estas tasas de mortalidad infantil ya son altas. “La tendencia ha sido preocupante en los últimos años. Los fondos disponibles de los Gobiernos donantes y socios para algunos de los países en desarrollo, que están lejos de cumplir los objetivos de salud de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), se han ido reduciendo y los recientes recortes que han anunciado varios Gobiernos han hecho que las perspectivas sean bastante aterradoras”, explica por videoconferencia a EL PAÍS Fouzia Shafique, directora Asociada de Salud de Unicef y una de las autoras del informe.
Avances desiguales
Pese a los progresos a nivel mundial, un niño nacido en África subsahariana tiene una probabilidad 18 veces mayor de morir antes de cumplir los cinco años que uno nacido en Australia y Nueva Zelanda. Esta región concentra junto con el sur de Asia el 80% de las muertes de menores de cinco años. Es decir, cuatro de cada cinco decesos sucedieron en estos dos territorios. Sin embargo, las causas son muy diferentes. En África subsahariana el paludismo es el responsable del 15% de las muertes de menores de cinco años en la región. En el sur de Asia, “las muertes se deben en gran medida a causas relacionadas con complicaciones en el parto”, menciona el informe.
Los niños nacidos en países de renta baja y media-baja se enfrentan a riesgos de muerte significativamente mayores que los nacidos en países de renta alta. Y respecto a la mortalidad de niños menores de cinco años, estaríamos hablando de 62 muertes por cada 1.000 nacidos vivos en países con ingresos bajos, frente a las 4,9 muertes por cada 1.000 nacidos vivos en países de ingresos altos. “Solo cuatro países —Níger, Nigeria, Somalia y Chad— tuvieron en 2023 una tasa de mortalidad de menores de cinco años superior a 100 muertes por cada 1.000 nacidos vivos, pero todos ellos se encuentran en África subsahariana”, dice el análisis. Además, en esta región también se encuentran los países con las 20 tasas de mortalidad de niños de menos de cinco años más altas del mundo, con más de 60 muertes por cada 1.000 nacidos vivos.
Silvia Laboreo Longás