19 de marzo. Te levantas empapada en sudor y te temes lo peor. Te das una ducha rápida como queriéndote quitar la fiebre, pero sabes que no se irá. Horas después un amigo te deja un termómetro: 39,5 grados. De momento no toses ni te cuesta respirar, pero todo apunta a que podría ser coronavirus y decides aislarte en casa, no tocar a nadie, no poner a otros en riesgo.
Por entonces, la covid-19 no es más que una nebulosa que sobrevuela el continente africano, con la mayoría de sus 54 países con escasos contagios, salvo excepciones como Sudáfrica (210), Burkina Faso (150) y Marruecos (87). Pero el miedo empapa el ambiente y los Gobiernos deciden actuar rápido. No pueden permitirse el mismo derrumbe que ha sobrecogido a Europa.
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