Los invernaderos solares de Almería emplean sistemas de riego eficientes y ventilación natural y apuestan por el reciclaje del 100 % del plástico y la reutilización de los desechos orgánicos.
A primera vista puede parecer impactante, pero está demostrado que el agro-sistema invernadero, especialmente los que no consumen combustibles fósiles, como es el caso de los invernaderos solares de Almería, son respetuosos con el medio ambiente. Son, además, una herramienta esencial para garantizar el derecho universal a la alimentación.
La Tierra se encuentra muy presionada por la actividad humana. La población, en constante aumento, necesita alimentarse, pero también garantizar la salud del planeta si quiere sobrevivir. En este entorno se enmarca la intensificación sostenible o, lo que es lo mismo, “producir más con menos”. Y es aquí donde entran en juego los invernaderos del sureste español.
El sector debe trasladar al consumidor final las bondades del agro-sistema invernadero y encarar los grandes retos para mejorar su imagen y afrontar, aun sabiendo que es complicado resolver problemas globales de manera local, el impacto de los flujos internacionales de inmigración irregular. Siempre innovador desde el minuto cero en 1963, cuando se construyó el primer invernadero en la península ibérica, afronta un futuro prometedor. Así lo muestra su solvencia económica, social y ambiental.