Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo B   –  6 junio 2021. Echeverría

Éxodo 24, 3-8   —   Hebreos 9, 11-15   —   Marcos 14, 12-16.20-26 

«Tomad, esto es mi cuerpo» «Esta es mi sangre, sangre de la Alianza». Hay dos factores que podrían hacernos difícil captar, tal como lo cuenta el evangelio de Marcos eso que ahora se llama «la institución de la Eucaristía». El primero es una concepción demasiado ornamentada de la Eucaristía, resultado de veinte siglos de historia. En 1971 participé en las montañas del norte de Italia en la formación de jóvenes líderes scouts, en una semana de «marcha de supervivencia». Era Semana Santa, y nuestra liturgia del Jueves Santo fue bastante especial. Las lecturas fueron intercaladas por media hora de caminata silenciosa. Cuando llegamos al lugar donde íbamos a vivaquear, lavé los pies de los jóvenes y uno de ellos hizo un panecillo con harina que llevaba para «sobrevivir». Y con un poco de vino, yo también vestido con el uniforme scout, sentados todo en el suelo, celebramos el resto de la misa. Más tarde, el joven del panecillo vino a verme. «Ramón, en misa me has dado ‘una martellata in testa’ (un martillazo en la cabeza). 

En la misa en Roma, entre flores, imágenes, y allí arriba el sacerdote con sus magníficas vestimentas que nos muestra la hostia consagrada, está claro que nos muestra el cuerpo de Cristo. Pero esta tarde, cuando, con el panecillo que yo había dicho, tú has dicho “esto es mi cuerpo”, me he preguntado: “¿Pero cómo es? ¿Lo creo realmente?”. Como en el caso de aquel joven romano, una liturgia «demasiado ornamentada» puede impedir que nos posicionemos ante la realidad del sacramento («símbolo» y al mismo tiempo «misterio») que estamos celebrando, el de Jesús que tomó pan y dijo «Tomad, esto es mi Cuerpo». Sobre todo si por otra parte, el sacerdote que preside la «ceremonia» se inclina misteriosamente ante la «hostia» (¿es realmente «pan»?) para pronunciar las palabras «mágicas» de la «consagración»…

Texto completo:  Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo B-Echeverria