20/06/2020
Para Kelly Craft, embajador de los Estados Unidos en la ONU, y su homólogo británico Jonathan Allen, las cosas están claras: el genocidio de 1994 en Ruanda ha afectado a todos los sectores de la población ruandesa, tanto los tutsi como los hutu y los twa han sido víctimas de esta barbarie indescriptible.
Es lo que se desprende de la lectura de las notas diplomáticas que los dos representantes han presentado a las Naciones Unidas el 20 y el 23 de abril pasado, es decir, dos semanas después de la 26ª conmemoración del genocidio, que ha tenido lugar el 7 de abril de 2020. Como la pandemia de Covid-19 ha atraído la atención de los medios de comunicación en ese momento, esos documentos, que cuestionan la opinión impuesta por las autoridades ruandesas sobre los acontecimientos ocurridos en 1994 en el país de las mil colinas, han pasado casi desapercibidos.
En sus notas, Kelly Craft y Jonathan Allen «protestan» contra la enmienda a la Resolución 58/234 de la ONU que, desde 2003, hace de la fecha del 7 de abril el «Día internacional de reflexión sobre el genocidio en Ruanda». Sin embargo, desde enero de 2018, a petición del régimen de Kigali, este día ha sido rebautizado «Día internacional de reflexión sobre el genocidio de los Tutsi en Ruanda». Este cambio de denominación, aparentemente anodino, tiene sin embargo un gran peso de significado, ya que sugiere que solo los tutsi han sido víctimas del genocidio y no los hutu y la minoría twa.
Para seguir leyendo: https://umoya.org/2020/06/20/ruanda-genocidio-ruandes-cuando-washington-y-londres-cuestionan-la-doctrina-oficial/