Artículo del Padre José ramón Echeverría Mancho.p.b
Pamplona 15 de marzo 2020
Cuando llegué a Madrid en diciembre de 1985 para trabajar en el CIDAF (hoy Fundación Sur) Francisco Sánchez Ruano me habló apasionadamente de los Arma de Tombuctú, descendientes de moriscos andaluces al servicio del Sultán de Marruecos Muhammad Al-Mansur El-Dahabi. Junto con renegados españoles, y capitaneados por Yaudar Pacha, un nativo de Cuevas de Almanzora (Almería) educado en Fez, partieron de Marraquech y tras tomar Djenné y Tombuctú conquistaron Gao, capital del imperio Songhai, el 14 de marzo de 1591. Un excelente resumen de lo que se sabe de esa epopeya, escrito por Juan Manuel Riesgo, apareció en mayo de 1988 en el volumen II de los “Cuadernos CIDAF”. Riesgo menciona que Mahmud Ben Zarkum, un granadino que Al-Mansur había nombrado para sustituir a Yaudar Pacha, envió a Marruecos una parte de la biblioteca de la mezquita de Sankoré (uno de los tres principales centros de Tombuctú, construida en el siglo XIV). Un corsario de Salé (República de corsarios fundada junto a Rabat por moriscos españoles originarios de Hornachos, Badajoz, que existió entre 1626 y 1668) robó parte de esa biblioteca, pero fue a su vez abordado por galeones españoles a la altura de Tánger, y los manuscritos terminaron en El Escorial.