Frente al clericalismo, una Iglesia cada vez más fiel transmisora del mensaje de Jesús de Nazaret
A lo largo de la Historia del Cristianismo, el clero se fue apropiando cada vez más de la Iglesia y secuestrándosela al pueblo, de tal manera que la Iglesia se identificó con curas, obispos y papas. El pueblo no se considera Iglesia. Además hemos hecho teología de lo divino, no de lo humano, que se lo consideró cada vez más devaluado, más anticristiano, más mundano, mas contrario a la religión, a la santidad, contrario al mensaje del Evangelio.
Con estas propuestas se trata de devolver a la Iglesia al pueblo, a que el pueblo sea su protagonista, no el clero, porque la razón de ser del cristianismo y de la Iglesia es el pueblo, como lo fue de Jesucristo.
El hermano Francisco, Obispo de Roma y Papa de la Iglesia actual, sin duda está siendo un referente mundial para muchos millones de personas, en un momento verdaderamente crítico para el mundo de hoy, en el que carecemos de líderes que sean buenos catalizadores para el conjunto de la humanidad, donde confluyan los anhelos de muchas personas que aspiramos a un mundo mejor, tanto para los seres humanos como para el planeta en que vivimos.
Para muchos millones de personas, Jesucristo y su mensaje es lo que da el sentido más profundo a sus vidas, tanto desde su dimensión humana como trascendente. Por eso, con frecuencia cada uno de nosotros nos preguntamos: ¿a mi, por medio de quién me llegó el conocimiento de Jesucristo y su mensaje? La respuesta no puede ser otra más que esta: me llegó a través de la Iglesia. Por eso queremos que, retornando a la fidelidad al Evangelio, sea cada vez más fiel transmisora del mensaje de Jesús de Nazaret, para el bien de la Humanidad, y la dignidad de todas las criaturas de la Creación.
Pero conociendo un poco la historia de la Iglesia, tenemos que reconocer sus enormes fallos de incoherencia con el mensaje del Evangelio, no solamente los del pasado, que allá la conciencia de quienes los protagonizaron, sino los actuales, que son de un escándalo incalculable, como la pederastia y su ocultamiento, como las cuantiosas riquezas acumuladas durante siglos sin compartirlas convenientemente con los más empobrecidos, como su connivencia con los poderes económico-capitalistas, como la falta de compromiso con los Derechos Humanos al interior de si misma, que aun no firmó porque en su estructura aun no los cumple adecuadamente, aunque los defienda hacia el exterior, por su insuficiente condena de los abusos del neoliberalismo y falta de compromiso profético en la defensa de los empobrecidos de los países pobres.
Para seguir leyendo: https://www.religiondigital.org/opinion/Propuestas-Sinodo-Sinodalidad-Universal_0_2427657217.html