Más que un reconocimiento, la concesión del Premio Nobel de la paz al Programa Mundial de Alimentos (PMA) representa un llamamiento a la acción para atender las necesidades de los casi 300 millones de personas en el mundo que necesitan comida urgentemente, afirmó este jueves el director ejecutivo de la agencia humanitaria, David Beasley, en su discurso de aceptación del galardón.
“Hoy quisiera poder hablar de cómo trabajando juntos podríamos acabar con el hambre mundial para los 690 millones de personas que se acuestan con hambre todas las noches. Pero hoy nos enfrentamos a una crisis”, advirtió.
“A causa de tantas guerras, el cambio climático, el uso generalizado del hambre como arma política y militar, y una pandemia de salud mundial que empeora de manera exponencial, 270 millones de personas caminan hacia la inanición. Si no se atienden sus necesidades, se producirá una pandemia de hambre que empequeñecerá el impacto de la COVID-19”, indicó.