Después de un largo periplo de quince días, a causa del «extraño» virus COVID-19, nuestro compañero Antonio Martínez se reposa en el Columbario de los Misioneros de África (Padres Blancos) en Madrid. Antonio, Descansa en la Paz de tu Señor y Compañero de ruta.
A MI QUERIDO HERMANO ANTONIO MARTÍNEZ
IN MEMORIAM
¡Al final… en casa!
Sí, querido Antonio, al final estás en tu casa.
Recuerdo muy bien cuando llegaste a Madrid procedente, por la última vez, de tu querida Ruanda. Esta enfermedad, el síndrome de Meunier, te arrebató de tu trabajo como apóstol en Ruanda. Tu corazón sangraba. Pero, seguía vivo, muy vivo, tu deseo de que Dios te permitiría un día volver a Ruanda. Madrid era para ti un lugar de paso, un lugar para recuperar tus fuerzas y volver con nuevas energías para hacer presente a Dios en Ruanda. El fondo de tu corazón estaba lleno de tus recuerdos misioneros de Rulindo, Nyamata, Rwaza, Kigali y tantos otros lugares donde Dios te había colocado en Ruanda.
A MI QUERIDO HERMANO ANTONIO MARTÍNEZ
Original en Francés: Â mon cher frère ANTONIO MARTINEZ (1)