14 octubre 2019 22:27 CEST
Los recursos gráficos son un recurso esencial para la información periodística. Cuando el tema es la desertificación, suele utilizarse la imagen del llamado Desierto de Tabernas. Pero existen demasiadas inconsistencias en el uso de estos paisajes acarcavados (erosionados) y calcinados por el sol para retratar un problema agravado por el cambio climático.
Considerar que Tabernas es un desierto es una simplificación. Asumir que la desertificación se produce por la expansión de los desiertos es otra idea errónea. Si queremos plantear estrategias adecuadas para luchar contra este problema, es esencial aclarar las diferencias entre desierto y desertificación.
Tabernas es en realidad una geoforma que presenta algunos de los rasgos típicos de los desiertos. Estos últimas ocupan las regiones hiperáridas y presentan condiciones bastante más rigurosas:
El Sahara (17 veces la superficie de España), Atacama (hay lugares donde no ha llovido en 45 años) y El Gobi (donde la temperatura cae a -40℃ en invierno y llega a los 38℃ en verano) son ejemplos de verdaderos desiertos.