“La pandemia ha puesto al descubierto las fragilidades de nuestro mundo. Ha aumentado las desigualdades, tanto entre los países como dentro de ellos”, subrayó este lunes el Secretario General de las Naciones Unidas en un discurso pronunciado durante la ceremonia del cambio de presidencia del G77 más China, que este año estará ocupada por Guinea tras el periodo liderado por Guyana.
António Guterres señaló que pese a los esfuerzos por contener su propagación, el COVID-19 continúa empujando al mundo a la peor recesión registrada en décadas y causando un sufrimiento desproporcionado entre los sectores más pobres y vulnerables de la población, como suele ocurrir con todas las crisis.
“Después de muchos años de progreso, la pobreza y el hambre van en aumento”, dijo Guterres y agregó que los recursos para la protección social y los paquetes de estímulo se están quedando cortos en muchos países, “una falla profundamente preocupante de la solidaridad mundial”, recalcó.
Entre los colectivos más afectados por los efectos económicos y sociales del COVID-19 citó a las mujeres, las niñas y los jóvenes. Reconoció que la crisis derivada de la nueva enfermedad ha agudizado los problemas de la humanidad; no obstante, hizo hincapié en que no se puede culpar a la pandemia de todas las deficiencias de las sociedades.
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