Comercio justo (CJ). Estoy seguro de que la mayoría de ustedes ha oído hablar de ello. Incluso apuesto a que algunos de ustedes ya han comprado un producto de CJ en un supermercado o han pedido una taza de café de CJ. Al realizar estos actos, ciertamente se han sentido bien. Puede que hayan sentido que han hecho lo correcto, que han actuado por el motivo correcto. Esta sensación es comprensible, ya que corresponde a la idea básica del CJ. Mediante un acto de solidaridad, los consumidores de los países ricos aceptan pagar un poco más para que los productores del sur tengan acceso a precios decentes que les permitan llevar una vida digna.
Comparto esta idea de un mundo solidario y justo. Es, además, lo que me impulsó a investigar el CJ. Quería ofrecer argumentos a favor del CJ y convencer a la gente de su utilidad. Desafortunadamente, cuanto más investigaba, más me daba cuenta de que las cosas eran diferentes a lo que esperaba encontrar y a lo que decían los partidarios del CJ.
¿Es justo el comercio justo? ¿Podemos conseguir que el mundo sea más justo a través del consumo solidario? Estas son las preguntas que intentaré responder.
Para seguir leyendo: https://umoya.org/2021/02/14/ndongo-samba-sylla-el-comercio-justo-y-el-reto-de-la-reforma-rural-sostenible/