Sunyata es un héroe nacido del vientre de una mujer búfalo, hijo de un rey que deseaba la gloria. Pasó de ser el hazmerreír de la Corte de su padre a convertirse en el fundador de un imperio, el de Mali, y su primer gobernante, el mansa, en alas de una profecía.
Los niños de toda África Occidental han mamado su historia desde la cuna, conteniendo el aliento cada vez que les describen cómo luchó contra un rey brujo, armado con fetiches y cabezas humanas. Sus herederos, de cultura mandinga o no, asumen con orgullo el Kurukan Fuga, una de las primeras declaraciones de los derechos humanos en el planeta. La historia de Sunyata se ha preservado y enriquecido durante siglos a través de la voz humana y la memoria, gracias a los griots, archivos ambulantes dedicados a glorificar estirpes y preservar la historia de África occidental. Sunyata sigue hoy muy vivo en los hogares de África Occidental y es un recordatorio constante de la diversidad, riqueza y multiplicidad de historias africanas que se nos ha negado al resto del mundo hasta muy recientemente.
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