Los modelos del clima permiten simular las repercusiones de las emisiones a la atmósfera por una guerra nuclear, que bloquearía la radiación solar, y tendría dramáticas consecuencias para la producción de alimentos.
La guerra en Ucrania se está recrudeciendo. Días atrás, el presidente de EE. UU. Joe Biden advertía de que involucrar a la OTAN en la guerra implicaría la tercera guerra mundial y hace poco Putin avisaba de que tenía las cabezas nucleares preparadas.
¿Qué podemos esperar a partir de ahora si el conflicto parece estar enquistándose y la guerra nuclear vuelve a estar sobre la mesa? La ciencia tiene muy claras las consecuencias de una escalada bélica sobre el clima y sobre la escasez de alimentos.
Los modelos climáticos nos permiten simular las repercusiones de la guerra sobre la producción agrícola, ganadera y piscícola. A continuación repasamos algunos de los diferentes escenarios posibles que nos puede dejar un enfrentamiento bélico: desde un invierno nuclear hasta un escenario de creciente rivalidad entre países.
Décadas después del fin de la Guerra Fría, el debate de las armas nucleares vuelve a estar sobre la mesa. En realidad, es un debate que nunca se fue. La carrera armamentística entre India y Pakistán, por ejemplo, puede tener consecuencias globales aunque se trate de una guerra local.