Nuria Navarro Andres, Universidad Rey Juan Carlos/13 marzo 2023 19:06 CET
Después de más de 16 años de negociaciones sin éxito, el pasado 4 marzo se alcanzó por fin un pacto para garantizar la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad en alta mar. Estas son sus principales implicaciones.
El Tratado de los Océanos, Tratado de Alta Mar o Tratado BBNJ (Biodiversity Beyond National Jurisdiction) comenzó a discutirse en Naciones Unidas en 2006 para garantizar la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad marina en las áreas situadas fuera de las jurisdicciones nacionales (más allá de 200 millas náuticas).
Tras un proceso de más de 16 años de negociaciones sin éxito, el pasado 4 de marzo los países consiguieron por fin llegar a un acuerdo para hacer realidad el pacto.
Los océanos producen más de la mitad del oxígeno que respiramos, absorben gran parte del CO₂ producido por la actividad humana (limitando así el calentamiento global), alimentan a la mayoría de la humanidad y albergan buena parte de la biodiversidad del planeta. A pesar de ello, los océanos están muy amenazados por el cambio climático, la contaminación, la acidificación y la sobreexplotación de sus recursos. Menos del 3 % están protegidos.
El tratado BBNJ es un primer paso para recuperar la salud de los océanos y, aunque no cubre todas las expectativas de la comunidad científica, representa un acuerdo internacional para proteger la biodiversidad de las aguas más allá de las jurisdicciones nacionales.