

¡Hay tantos interrogantes en nuestra vida! ¡Tantas dudas e incertidumbres! Hay tanta inseguridad y angustia en esa mirada nuestra penetrante y honda hacia el misterio de lo que somos, de nuestro “porqué” y nuestro “hacia dónde”; tantas preguntas sin respuesta aparente que nos envuelven en una niebla espesa, incómoda e hiriente, causándonos desasosiego y acallando nuestra buena voluntad y nuestras incipientes ilusiones, que necesitamos alguna chispa de luz que nos oriente, el débil reflejo de una meta ansiada, de una esperanza alumbrada, de una evidencia confirmatoria, ratificadora de la coherencia y sentido de una fe firme en Él, de la verdad de un amor incondicional y provocador, de un evangelio desestabilizador, subversivo y excitante.
A pesar de estar cerca de Jesús, aunque procuremos seguirle y permanecer siempre a su lado, vamos tropezando en tantas piedras y obstáculos, nos detenemos y distraemos con tantas nimiedades, que lo sentimos a veces desinteresado y extraño, como sumido en ese aura suya misteriosa y exclusiva, aparentemente ajena a nosotros y a la materialidad de nuestro mundo, esa peculiaridad de su vida que constituye justamente su atrayente e irresistible personalidad y lo sitúa “más allá” de nuestras escalas, registros y baremos, desbordando siempre nuestros cálculos.
Para seguir leyendo: https://rescatarlautopia.es/2021/02/26/la-transfiguracion-un-momento-de-lucidez-mc-9-2-10/