En mayo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) avisó de que podrían morir 190.000 personas en África a causa de la COVID-19 si las medidas de contención fallaban. Por su parte, una agencia de las Naciones Unidas llegó a vaticinar que podrían fallecer hasta 300.000 africanos. Los sobrecargados sistemas de salud pública del continente, así como la escasez de instalaciones de prueba y los barrios marginales superpoblados, derivaron estas pesimistas conjeturas.
Sin embargo, la realidad está siendo muy diferente a como se preveía. Mientras el mundo ha superado ya el millón de víctimas mortales, África está gestionando la pandemia mejor de lo esperado, con un porcentaje de muertes más bajo que en otros continentes. La tasa de letalidad en el continente es del 2,4%, con cerca de 35.000 muertes entre las más de 1,4 millones de personas contagiadas, según datos de Reuters. De esta manera, su tasa de letalidad se sitúa muy por debajo de la de Europa, donde es del 4,5%. También es inferior a la de América del Norte (2,9%).
Para seguir leyendo: https://as.com/diarioas/2020/09/30/actualidad/1601449422_009634.html