Por: Guadi Calvo/ Publicado 22 junio 2020 (Hace 17 horas 42 minutos)
Desde que llegó a la presidencia norteamericana Donald Trump, entre las muchas cosas que no hizo o ha hecho mal está su política respecto a Somalia, que se limita a bombardear sin demasiado orden diferentes zonas de país africano contra “posibles” bases terroristas, lo que ha provocado en más de una oportunidad se produzcan los trágicos “daños colaterales”. A pesar de la presencia de una importante dotación de la CIA, en Mogadiscio y el norte del país, no han logrado ubicar las bases reales de los terroristas, por lo que los ataques aéreos continúan siendo una ruleta rusa en la que participan los 15 millones de somalíes.
La semana pasada Human Rights Watch (HRW) denunció que al menos habrían muerto producto de esas operaciones aéreas siete personas, desde comienzo de año. El pasado 2 de febrero en Jilib, una pequeña aldea agrícola en el sur del país, tras el ataque de un dron murió una joven y resultaron heridas varias personas. Según los investigadores no se encontraron indicios de actividad terrorista en esa área. El 10 de marzo otra incursión aérea cerca de Janaale, a unos 95 kilómetros de Mogadiscio, atacó un microbús, en el que murieron seis civiles, entre ellos un niño. Mientras los familiares de los muertos niegan que hayan sido terroristas, el mando del Comando de África de Estados Unidos (Africom) insistió que pertenecían a al-Shabaab, dando por cerrada la discusión.
Para seguir leyendo: https://www.telesurtv.net/opinion/La-muerte-sigue-viva-en-Somalia-20200622-0021.html?utm_source=planisys&utm_medium=NewsletterEspa%C3%B1ol&utm_campaign=NewsletterEspa%C3%B1ol&utm_content=38