Michael Cole, Anglia Ruskin University / 22 enero 2024 15:46 CET
El ‘kush’ es una nueva sustancia peligrosísima que está destruyendo vidas en África occidental.
Sierra Leona y los demás países vecinos de África occidental están sufriendo los estragos de una nueva droga llamada kush, responsable de la muerte de docenas de consumidores cada semana y de la hospitalización de otros miles.
Esta droga induce a sus consumidores, por lo general varones de 18 a 25 años, a la somnolencia mientras están caminando, a que se tropiecen, a que se abran la cabeza contra superficies sólidas y a que se lancen al tráfico en circulación.
Este kush no debería confundirse con la droga homónima que se consume en los Estados Unidos, compuesta de una “mezcla de químicos, cada cual diferente según el día”, que se añade a una materia vegetal y que se fuma.
El kush de Sierra Leona es bastante diferente: se trata de un preparado de cánnabis, fentanilo, tramadol, formaldehído y, según algunos, huesos humanos pulverizados.
Las pandillas locales se encargan de mezclar estos productos, que se importan desde el exterior y que se consiguen, sin ningún problema, a través de internet y de las comunicaciones digitales.
Si bien el cánnabis se cultiva en grandes extensiones en Sierra Leona, el fentanilo proviene, según se cree, de laboratorios clandestinos chinos, donde la droga se fabrica ilegalmente y desde donde se exporta posteriormente a África occidental. El tramadol tiene un origen similar: laboratorios ilegales a lo largo del continente asiático. Por su parte, parece que el formaldehído, que puede producir alucinaciones, también está presente en este preparado.