Jesús, en la cena de despedida de sus discípulos, no les impuso un solo mandato (el de la eucaristía). Les impuso tres mandatos: 1) Lavar los pies a los demás (Jn 13, 1-15); 2) Recordar a Jesús mediante la eucaristía (1 Cor 11, 24; cf. Lc 22, 19; Mc 14, 22-26; Mt 26, 26-29); 3) El mandato “nuevo” del amor mutuo (Jn 13, 33-35).
Entre las muchas desviaciones y alejamientos, que se han producido en la Iglesia respecto al Evangelio, se destaca notablemente la reducción de los tres mandatos (de la última cena) de Jesús a uno solo. El lavatorio de los pies se ha reducido a un ritual religioso (que se puede suprimir, si al celebrante le parece). Y el “mandamiento nuevo” del amor mutuo, ni mucha gente sabe por qué es “nuevo”; ni, sobre todo, a nadie le quita el sueño, si no se practica; cosa que no sólo “es frecuente”, sino que, sobre todo, se ve como “lo más natural” o quizá “lo normal”.
Para seguir leyendo: https://www.religiondigital.org/teologia_sin_censura/Jueves-santos-Castillo-hace-Dios-iglesia-religion-dios-clero_7_2220447947.html