BULAWAYO, Zimbabue – Durante años, las mujeres autónomas y desempleadas de Zimbabue formaron «clubes» en sus barrios donde reunían dinero para todo, desde comprar alimentos a granel para compartir a fin de año o hasta hacer frente a gastos funerarios.
Pero la nueva ola de la inflación ha dejado prácticamente sin valor a la moneda local y, por ejemplo, el precio de una barra de pan ha alcanzado los 4000 dólares zimbabuenses (ZWD), por lo que las defensoras de los derechos de las mujeres afirman que las iniciativas locales de ahorro han caído en picado.
En las últimas semanas, el dólar local ha sufrido una frenética caída libre frente al estadounidense, y solo en la última semana, la cotización en el mercado paralelo pasó de un dólar estadounidense por 2000 ZWD a oscilar cada unidas por 3000 y 4000 ZWD. La Agencia Nacional de Estadística de Zimbabue situó la inflación interanual del país en tres dígitos, con un aumento de 175,8 % en junio, frente a 86,5 % del mes anterior.
«No podemos comprar divisas en la calle para mantener en funcionamiento nuestro club de ahorro. No se puede planificar nada con un tipo de cambio tan cambiante», afirma Juliet Mbewe, que vende snacks, dulces y otros pequeños artículos en una acera no lejos de su casa en Bulawayo, la segunda mayor ciudad del país, tras Harare, la capital.
«Era mejor cuando el país utilizaba el dólar estadounidense como moneda oficial», afirma, refiriéndose al periodo de gobierno de unidad nacional entre 2009 y 2013.
A ese periodo se le atribuye el mérito de haber controlado la agitación económica de Zimbabue y también de haber ayudado a que mujeres como Mbewe pudieran ahorrar.
Los clubes de ahorro de mujeres aportaban cuotas mensuales de hasta 5 dólares y, a partir de ese fondo común, el club funcionaba como un banco informal de micro-financiación que concedía préstamos con un pequeño interés.
Los ahorros acumulados se repartían a final de año o en otros casos compraban alimentos al por mayor para repartirlos en las fiestas decembrinas.
También era la época en que los bancos locales animaban a los clubes de mujeres a asociarse con instituciones financieras registradas para guardar sus ahorros y ganar intereses a final de año.
Pero como los bancos no se han librado de las turbulencias económicas de hace décadas, que han hecho cerrar incluso bancos, no se sabe que las instituciones financieras que quedan ofrezcan a los titulares de cuentas ordinarias intereses por sus ahorros.
Sin embargo, el regreso de las tasas desbordadas de inflación a ritmo galopante está dificultando cada vez más el funcionamiento de los clubes de ahorro femenino, afirma Mavis Dube, que antes dirigía un grupo de clubes femeninos como su tesorera.
«Ya no es fácil debido a la inestabilidad de la moneda. Ahora significa tener que recaudar más dólares locales para comprar divisas», explica Dube; mientras las autoridades luchan por poner freno a una moneda en caída libre, los club de ahorro se ven vapuleados por la inflación y la inestabilidad y caída de la moneda local.
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