Ofir Winter, Universidad de Tel Aviv / 15 febrero 2024 13:48 CET
Socavar las delicadas relaciones entre Israel y Egipto podría otorgarle a Hamás un logro político estratégico.
El acuerdo de paz entre Egipto e Israel, firmado en 1979 para poner fin a las hostilidades y normalizar las relaciones entre ambos, cumple 45 años el 26 de marzo. The Conversation Africa pidió a Ofir Winter, investigador principal del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional, que estudia la política egipcia y el conflicto árabe-israelí, su opinión sobre el acuerdo de paz y los momentos clave y desafiantes desde su firma.
¿Cuándo y por qué entró en vigor el tratado de paz?
Después de cinco guerras a lo largo de tres décadas, Egipto e Israel firmaron un histórico acuerdo de paz en marzo de 1979. Marcó el primer tratado de este tipo entre un país árabe e Israel. Desde entonces, cinco países árabes más –Jordania, los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Marruecos y Sudán– han hecho la paz con Israel.
Se considera que el acuerdo de paz y sus consecuencias han cambiado para mejor la historia del conflicto árabe-israelí.
Jerusalén y El Cairo tenían diversas motivaciones para elegir la paz en lugar del conflicto. Israel quería asegurar su frontera sur y neutralizar al país árabe más grande y poderoso de la región.
Egipto quería restaurar su soberanía sobre la península del Sinaí, que perdió en la Guerra de los Seis Días de 1967. También quería redirigir recursos del gasto militar para fortalecer su economía. Y quería fortalecer sus vínculos con Estados Unidos, estando en paz con su aliado, Israel.
La paz con Israel contribuye a la posición regional e internacional de Egipto. Lo posiciona como un actor estabilizador positivo en la política de Medio Oriente y como un mediador entre Israel y los palestinos.