La homilía ha sonado como una advertencia. «Y si nos esperan en el Cielo, ¿por qué vivir con pretensiones terrenales? ¿Por qué agobiarse por alcanzar un poco de dinero, fama, éxito, todas cosas efímeras? ¿Por qué perder el tiempo quejándose de la noche mientras nos espera la luz del día? ¿Por qué buscar “padrinos” para obtener una promoción y ascender, promocionarnos para hacer carrera?». En la celebración, el domingo 29 de noviembre en la basílica de San Pedro, de la misa con los nuevos cardenales, creados en la vigilia, el papa Francisco esbozó su visión del cargo cardenalicio, poniendo en guardia contra los riesgos que este puede generar.
El primero es la mundanidad: «Sin impulsos de amor a Dios, sin esperar su novedad, nos volvemos mediocres, tibios, mundanos», ha advertido. También ha pedido a los nuevos cardenales llevar una vida marcada por la caridad.