IGOR BARRENETXEA MARAÑÓN 29.03.2021 | 01:22
La incapacidad de los estados de controlar y poner coto a los grupos armados se une al hecho de que los militares actúan de una forma brutal contra la población civil, que teme tanto a los integristas como a las fuerzas gubernamentales
Las sociedades occidentales siempre han sido muy conscientes del pilar esencial que es la educación para impulsar el desarrollo material y democrático, para cerrar la brecha social entre ricos y pobres, para el empoderamiento femenino. La escuela no solo es un templo de conocimientos, sino de esperanzas. Y aunque, en la actualidad, el nivel de exigencia es cada vez mayor y nuestros jóvenes deben prepararse muy bien para obtener un trabajo cualificado, en el continente africano el acceso a la escuela es un artículo muy restringido y peligroso. Esta situación es un lastre que hunde más y más su adversa realidad, consumida por la desesperación y, por supuesto, la amenaza del yihadismo. Tristemente, en muy poco tiempo, se han producido varios secuestros de escolares en Nigeria (12 de diciembre de 2020, en Kankara, 344 chicos; el 17 de febrero de 2021, en Kagara, 42 estudiantes; el 26 de febrero, en Jangebe, 371).
La ONG Save the Children, estima que en territorio centroafricano hay cerca de dos millones de niños sin escolarización y 10.000 centros cerrados. Siendo las chicas las que, realmente, padecen de forma mucho más brutal esta suerte adversa, al quedarse más desprotegidas, y ser víctimas de abusos y embarazos. Según la ONG citada, uno de cada cinco niños no forma parte del sistema educativo, en cifras redondas, de 80 millones de menores que hay en Nigeria, en total, 13 millones son ajenos a una formación.
Para seguir leyendo: https://www.noticiasdegipuzkoa.eus/opinion/tribuna-abierta/2021/03/29/futuro-africa/1100139.html