Fecha: dom 30 de junio de 2024
TAKORADI, Ghana — A la sombra de los ataques del 11 de septiembre, Estados Unidos envió tropas y ayuda militar a una franja de África occidental para ayudar a las fuerzas francesas a detener la propagación de Al Qaeda y otros grupos terroristas. Más de una década después, y con cientos de millones de dólares gastados en asistencia de seguridad, ese esfuerzo regional contra el terrorismo ha fracasado en gran medida.
Grupos que han declarado lealtad a Al Qaeda y al Estado Islámico están en marcha. Golpes militares han derribado gobiernos liderados por civiles en Malí, Guinea, Burkina Faso y Níger. Los nuevos líderes han ordenado la salida de las tropas estadounidenses y francesas y, en algunos casos, han invitado a mercenarios rusos a ocupar su lugar.
Mientras Estados Unidos retira mil militares de Níger y cierra allí una base aérea valuada en 110 millones de dólares para septiembre, los funcionarios estadounidenses se apresuran a trabajar con nuevos países en la costa de África occidental para combatir una insurgencia extremista violenta que, según perciben, se está filtrando al sur.
“Por supuesto que es frustrante”, dijo en una entrevista Christopher P. Maier, el principal funcionario de política de operaciones especiales del Departamento de Defensa de EU. “Nuestro deseo general de promover gobiernos democráticos y tener una gobernanza sana allí no ha resultado particularmente bien”.
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