17/02/2021// EUKLERIA
He leído con asombro y pena el ensayo Oilarra kukuruka (El canto del gallo) (Erein 2020), que acaba de publicar Xipri Arbelbide, sacerdote vasco amigo de Heleta (Baja Navarra). Gira en torno a la agonía de la Iglesia católica en nuestro país, y me asombra que el autor le haya puesto ese título, un tanto provocador y desafiante. Xipri, genio y figura hasta el fin. Con 86 años en sus espaldas, ha subido a lo alto de la aguda torre campanil de la catedral de Bayona, a lanzar su kikiriki. Hace falta energía y valor.
Más aun que el asombro, sin embargo, me ha invadido la tristeza desde la primera línea hasta la última, viendo cómo el sonoro canto matutino se transforma en lamento amargo y confuso, en queja sombría, desgarrada. Lo entiendo. Para quien ha soñado con una Iglesia hermosa y triunfal, directiva y multitudinaria, madre y maestra, dueña suprema del bien y conocedora única de la verdad, para quien ha derrochado todas sus fuerzas y capacidades –que no son pocas– en favor de esa Iglesia tanto en el País Vasco como en África, ha de resultar muy doloroso ver cómo, al final de su vida, el edificio que ha querido levantar se resquebraja y se derrumba sin vuelta atrás.
Para más información: https://eukleria.com/2021/02/17/el-canto-del-gallo/
Texto completo: El canto delGallo