por admin | Mar 25, 2022
Por María Eugenia Aguado
Directora del Instituto Humanitate
El pasado 23 de marzo pudimos compartir un taller que llevaba por título “Sugerencias para sanar nuestras heridas”
Tarde o temprano todos nos vemos afectados por las heridas más profundas, las que nos causan otros y las que nosotros mismos causamos a los demás, y esto es así en las relaciones humanas desde que el mundo es mundo, pues no hay familia perfecta, comunidad perfecta o congregación perfecta.
Estamos ante una realidad humana, universal y de permanente actualidad que conviene revisar de vez en cuando, tanto para cuidar la propia vida como para poder acompañar a otros adecuadamente. Muchas veces ni siquiera somos conscientes de las heridas que cargamos ni tampoco del peso que tienen en nuestra vida o en la vida de las personas que nos rodean, pero experimentamos resentimiento, vacío existencial, una tristeza profunda, vivimos con el corazón endurecido, inmersos en una mediocridad consentida o incluso en medio de un profundo egoísmo.
¿Qué heridas son o han sido significativas en mi vida?, ¿las conozco, soy consciente de cómo las afronto y hacia dónde me llevan?, ¿me ayudan a crecer en humildad, madurez, fortaleza y misericordia o, por el contrario, me conducen a una dinámica de resentimiento, rabia y amargura? (…)
La forma en que vivimos estas realidades –llamémoslas heridas, enfermedades, carencias o pérdidas – depende mucho de cómo es cada persona, de las circunstancias que la envuelven y el modo en que se han generado; pero en cualquier caso, cuando hacemos referencia a aquellas que son más profundas y nos acompañan a lo largo de la vida, la sanación interior es de vital importancia porque afectan enormemente a nuestra relación con Dios, con el prójimo y con uno mismo.
Para seguir leyendo: https://institutohumanitate.org/blog/dios-muestra-herida-curarla/