

Después de unos días de Retiro, estamos de vuelta. Hemos dejado la montaña pero no los consejos y amistad con El que nos da la vida y las fuerzas para «torearla».
Y todo eso acompañados por un jesuita sencillo que nos habló de una manera sencilla del Señor Resucitado, Amigo que nos muestra un camino a seguir para ser felices y hacer felices a los que nos acompañan y encontramos en nuestras vidas. Para ello nos dejó una «Constitución» que no tiene desperdicio: Las Bienaventuranzas. Dichosos, eso es lo que somos siguiéndola y siguiéndole a Él.
Con esos deseo, empezamos nuestra andadura y seguimos en la alegría de este Tiempo Cuaresmal en el que se nos pide examinar nuestra relación con Dios y con los hermanos y hermanas que encontramos en nuestro caminar diario.
Manolo