Emilie Rutledge, The Open University; Aiora Zabala, The Open University
Emiratos Árabes Unidos, que multiplicará notablemente su producción de petróleo en los próximos años, preside las conversaciones sobre cambio climático de este año.
Los Emiratos Árabes Unidos (EAU), séptimo productor mundial de petróleo, acogerán la 28ª cumbre de la ONU sobre el cambio climático (COP28), que se celebrará en Dubái del 30 de noviembre al 12 de diciembre. Presidirá la conferencia Sultan al-Jaber, el director general de la compañía petrolera estatal emiratí (ADNOC).
Dado que los combustibles fósiles representan casi el 90 % de las emisiones de dióxido de carbono que provocan el cambio climático, muchos han argumentado que existe un claro conflicto de intereses al tener a productores de petróleo y gas al frente de las conversaciones sobre el clima. Los EAU supuestamente queman más gas del que declaran y tienen previsto aumentar la producción de petróleo de 3,7 millones de barriles diarios a 5 millones en 2027.
Algunos sostienen que la industria del petróleo y el gas podría frenar las emisiones de gases de efecto invernadero invirtiendo sus enormes ingresos en tapar sus gas flares o quemados en antorcha (el método empleado para deshacerse de los residuos de gas) e inyectar el carbono capturado bajo tierra. Evaluaciones independientes sostienen que la industria tendrá que dejar permanentemente bajo tierra al menos parte de sus reservas comercialmente recuperables para limitar el calentamiento global. Ningún país exportador de petróleo, salvo Colombia, ha indicado aún que vaya a hacerlo.
Dubái parece decidido a socavar incluso esta pequeña victoria. Una investigación ha revelado documentos que demuestran que los dirigentes de EAU planeaban avisar a un ministro colombiano de que ADNOC “está dispuesta” a ayudar al país sudamericano a desarrollar sus reservas de petróleo y gas.