27/02/2023/ EUKLERIA
Rosa Ramos. amerindiaenlared.org
“… pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente…”
Rubén Darío -fragmento de Lo fatal-
– “A los cristianos nos resulta muy difícil asumir la Encarnación”, me dijo hace pocos días, una amiga de fe profunda y vida consecuente. Me dejó pensando y sobre ello escribo hoy. Aclaración: no voy a referirme aquí al “Misterio de la Encarnación del Hijo de Dios”. Por si acaso, aclaro también que al referirme a nuestra necesaria “encarnación” no la estoy pensando desde una concepción platónica de “transmigración de las almas”, ni de ninguna creencia en la preexistencia del modo que fuera. Ser humanos es ser en el mundo, ser históricos, construyéndonos en las coordenadas de la finitud y la contingencia, pero… a veces escapamos por alguna tangente. Sobre este tema versa el artículo.
Encarnación es maravilla y límite, grandeza y miseria… Somos cuerpo y somos espíritu, somos carne animada por el soplo original de Dios, somos espíritu encarnado.
Nos es muy fácil, “natural”, asumir la belleza y maravilla de la encarnación con tantas posibilidades: crecer, desarrollarnos, poder caminar, correr, bailar, que de nuestras cuerdas vocales (o de otros) surjan hermosos y armónicos sonidos, mirarnos en el espejo de la mirada de los otros, encontrarnos jóvenes y “hermosos”, al menos agradables. Somos felices de ser seres encarnados compartiendo la fiesta de la vida con amigos, enamorándonos, viendo crecer sanos a los hijos y seguimos gozamos de salud y de la alegría de vivir.
Artículo completo: La-Encarnación
Fuente: https://eukleria.com/2023/02/27/como-nos-cuesta-la-encarnacion/