Artículo original de Carlos Cardoso y Toby Green publicado en African Arguments. Traducción: Africaye/
9 julio, 2020
Las economías africanas se enfrentan a una crisis inducida por el COVID-19. La demanda mundial de materias primas se ha derrumbado. El turismo internacional prácticamente se ha detenido. Incluso, los gobiernos más ricos del continente no han podido proporcionar el apoyo financiero necesario para apuntalar sus sectores en dificultades.
En respuesta, los ministros de finanzas africanos, en abril, pidieron a los acreedores que redujeran sus pagos de deuda. Varios líderes económicos en el continente solicitaron de manera similar una congelación de la deuda por un plazo de dos años e instaron al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial a aliviar la deuda a los países de bajos ingresos. Entre otros, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, se hizo eco de estas llamadas declarando: “Debemos dar a las economías africanas un respiro”.
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