El Ciclón Freddy ha dejado en evidencia los pocos mecanismos de alerta y falta de infraestructuras en Malaui para aguantar eventos extremos, pero es una tendencia común en el continente. Mar 25
Casas de chapa destruidas, corrimientos de tierra y algunas de las pocas carreteras asfaltadas partidas por la mitad, dejando socavones que dan miedo. Las imágenes que el Ciclón Freddy ha dejado en el cono sureste del continente han dado la vuelta al mundo: al menos 522 personas muertas, más de 300 centros sanitarios destruidos y 1,4 millones de personas afectadas.
El ciclón Freddy se ha hecho famoso porque llegó desde Australia, pero sigue una tendencia anual peligrosa de destrucción en los tres países afectados: Madagascar, Malaui y Mozambique. En 2019, el Ciclón Idai causó 1.500 muertos y destruyó casi por completo la ciudad de Beira, la segunda más grande de Mozambique. En enero del año pasado Ciclón Ana causó 142 muertos entre los tres países y dos meses después, en marzo, el Ciclón Gombe dejó 72 muertos.
A pesar de que estos países son los que más sufren ciclones, no son los únicos que sufren con eventos climáticos extremos ni los menos preparados. Las inundaciones en el oeste y las sequías en el Cuerno de África muestran lo que sufre el continente ante las inclemencias del clima.
Los países africanos son los más vulnerables y menos preparados del mundo ante el cambio climático, según el Índice de Adaptación Global de la Universidad de Notre Dame.
Los dos países más vulnerables del mundo son africanos: Chad y República Centroafricana. Ninguno de los dos superan los 30 puntos del índice y ante un evento extremo como la sequía en el Sahel en el caso del primero y las lluvias en el segundo sufren.
Tan solo cuatro países africanos aprueban con más de 50 puntos, dos isleños y dos del norte: Cabo Verde, Mauricio, Marruecos y Túnez.