8 años después el mundo necesita complementar las respuestas
/Luis Miguel Modino, corresponsal en Latinoamérica
El mundo actual vive un cambio de época, lo que hace con que las respuestas ante la realidad que nos rodea necesiten ser continuamente actualizadas. El Papa Francisco es consciente de eso y las orientaciones que ofreció en 2015 en la encíclica Laudato si’ necesitan nuevos matices.
Este 21 de agosto, el Santo Padre sorprendía al mundo diciendo que “estoy escribiendo una segunda parte de Laudato si’ para actualizar los problemas actuales«. Lo hacía en una audiencia a una delegación de juristas de los Estados miembros del Consejo de Europa firmantes del Llamamiento de Viena.
En sus palabras, en las que expresó su agradecimiento a las iniciativas que se están tomando en el desarrollo de un marco normativo a favor de la protección del medio ambiente, afirmaba que «no debemos olvidar nunca que las jóvenes generaciones tienen derecho a recibir de nosotros un mundo bello y habitable, y que esto nos inviste de serios deberes hacia la creación que hemos recibido de las manos generosas de Dios».
Laudato si’ es una encíclica que promueve el cuidado en la interacción de los seres vivos con su hábitat, el cuidado de la casa común. Con ella surgió el concepto de ecología integral, llamando a escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres, que es el mismo. De hecho, los pobres son quienes más sufren las consecuencias de la falta de cuidado de la casa común.
En ocho años, el tiempo transcurrido desde la publicación de Laudato si’, esas consecuencias se han acentuado, a pesar de que algunos, movidos casi siempre por intereses económicos y por su no querer renunciar a lo que podríamos denominar “privilegios climáticos”, se empeñan en negar. Las situaciones extremas se han multiplicado y ante eso es necesario respuestas firmes, que por otro lado muchos gobiernos no quieren asumir. Cuanto mayor bienestar, menos conciencia de la necesidad de cuidado de tierra y de los pobres.