Por primera vez desde el pasado noviembre, la Agencia de la ONU para los Refugiados ha podido acceder a los campos de refugiados de Shimelba y Hitsats en Tigray, la región norte de Etiopía donde se está produciendo un conflicto civil entre las autoridades regionales y el gobierno federal.
Durante una misión a la región, la Agencia encontró los dos campos completamente arrasados y todas las instalaciones de ayuda humanitaria saqueadas y destrozadas por actos de vandalismo.
La misión conjunta pudo visitar también la ciudad de Shiraro, por donde se cree que se dispersaron los refugiados buscando con urgencia seguridad y apoyo. Una misión posterior tratará de identificar el número de personas que viven allí y evaluará la posibilidad de que ACNUR y la Agencia para Asuntos de los Refugiados y Retornados de Etiopía, presten asistencia y planifiquen la reubicación voluntaria.
De los 20.000 refugiados que vivían en Shimelba y Hitsats antes de que estallara la crisis, más de 7000 emprendieron su propio camino o recibieron ayuda de las autoridades etíopes para llegar a otros dos campos de refugiados donde se les proporcionó alimentos y suministros básicos de socorro.
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