Adelina Millet Albà, Universitat de Barcelona / 26 septiembre 2022 19:25 CEST
El 27 de septiembre se celebra el 200 aniversario del anuncio del desciframiento de la piedra de Rosetta. ¿Qué contiene? ¿Cómo sirvió para descifrar los jeroglíficos egipcios?
La piedra de Rosetta fue desenterrada del olvido y la arena por un oficial del ejército de Napoleón, Pierre François-Xavier Bouchard, en 1799, cuando los franceses trataban de conquistar Egipto y cerrar a los británicos el camino a la India. Habían sacado a la luz el jeroglífico más importante de la historia de Egipto.
La encontraron en el-Rashid (Rosetta), en el delta del Nilo, una ciudad a pocos kilómetros al este de Alejandría. El general al mando, Jacques-François de Menou, supo ver la importancia del hallazgo y envió aquella piedra de granito, de 760 kg, a un lugar más seguro, El Cairo.
En aquel momento nadie podía entender el significado de los innumerables jeroglíficos que decoraban y decoran templos, objetos y tumbas, una enigmática escritura inventada hacia el 3 200 a.e.c. y utilizada durante más de 3 500 años, que sirvió para escribir la lengua de los antiguos egipcios.
La piedra llegó al Institut d’Égypte, donde se hicieron copias del texto, que mandaron a diversos lugares de Europa para su estudio.
Tras la derrota francesa, en 1801 se firmó un armisticio según el cual los derrotados debían entregar a los vencedores, el ejército inglés, las antigüedades que se encontraran en su posesión, y la piedra de Rosetta estaba entre ellas.
Hoy se encuentra en el Museo Británico de Londres y las nuevas tecnologías han permitido esta visualización en 3D: