

13 junio 2021 21:53 CEST/ Adrián Pradier Sebastián, Universidad de Valladolid
La respuesta de la comunidad artística frente a la pandemia ha variado desde el silencio hasta lo autobiográfico. Recorremos tres estrategias artísticas en diferentes disciplinas, de las artes plásticas a la comedia televisiva.
Georges Didi-Huberman escribía en 2008 que es difícil hablar de “aquello a lo que uno mismo está directamente, vitalmente, expuesto”. A este respecto recoge en su obra Cuando las imágenes toman posición una entrada del diario personal de Bertolt Brecht, fechada a 16 de septiembre de 1940.
Allí expresaba el dramaturgo la inquietud con la que seguía la Batalla de Inglaterra, y la facilidad con la que, pese a todo, lograba trabajar en su obra El señor Puntila y su criado Matti:
Puntila casi no significa nada para mí, la guerra lo significa todo; sobre Puntila puedo escribir casi cualquier cosa, sobre la guerra, nada. Y no quiero decir que no “deba” escribir, sino que realmente no “puedo”.
La decisión de atender al presente dignifica la práctica artística. Pero resulta llamativo, sobre todo en el caso de activistas notables, que a veces se imponga el silencio o la huida allí donde uno está directamente concernido. Para Brecht, el escenario fue la guerra; para los artistas contemporáneos, la pandemia por coronavirus.
El relato artístico de la pandemia dará comienzo cuando sea cosa del pasado. Aunque ya existen indicios suficientes que indican que las estrategias creativas frente a ella serán tres: la elusión, la evasión o la asunción.