La inspectora adjunta Martina de Maria Sandoval Linares, de El Salvador, tiene una hija de ocho años y proviene de una familia numerosa, pero ahora está desplegada en la Misión de las Naciones Unidas en Sudán del Sur.
Con motivo del Día Internacional de la Mujer, esta comprometida oficial de la Policía de las Naciones Unidas habla para Noticias ONU sobre lo que la motiva a estar en esa Misión y por qué, pese a los sacrificios que implica pertenecer a las fuerzas de mantenimiento de la paz, es una de las experiencias profesionales más gratificantes que ha tenido.
¿Qué te impulsó a convertirte en policía?
Siempre quise llevar un uniforme. Un consejero profesional me dio un buen consejo cuando era estudiante; me dijo que terminara mi carrera universitaria antes de tomar cualquier decisión sobre una carrera como personal uniformado. Tomé sus palabras en serio, pero al terminar la licenciatura en Administración de Empresas hice un examen de conciencia sobre lo que quería hacer con mi vida. La respuesta fue clara: quería ayudar a la gente. No perdí más tiempo y me uní a la Academia Nacional de Seguridad Pública en 2007. Terminé mi formación dos años después y ahora soy una oficial de policía de pleno derecho desde hace un tiempo.
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