“Convertíos y creed en la Buena Noticia”. Según los evangelios y de acuerdo con nuestra fe cristiana, Jesús trae y proclama la “Buena Noticia”. ¿Por qué la gente no la creyó, y tampoco hoy la creen? Ha habido algún revolucionario cristiano que ha explicado cómo la buena noticia de Jesús era buena sólo para los pobres, los pequeños, los enfermos, los que se quedan atrás… y por eso que los ricos, los poderosos y los líderes políticos y religiosos no la aceptaron. Es cierto que testimoniando que cada uno de nosotros es un hijo de Dios, Jesús nos hace descubrir una dignidad y una grandeza que nada ni nadie puede quitarnos.
Pero también es cierto que entre los ricos, los poderosos y los dirigentes políticos y religiosos hay muchos que piensan que son la riqueza, el poder o el cargo que ejercen… lo que les da valía y dignidad. ¡No necesitan de Jesús para sentirse grandes e importantes! Claro que no son sólo los ricos y poderosos los que no siguen a Jesús. Justo antes de su muerte, todos lo abandonaron, incluso aquellos pescadores y campesinos galileos que decían haberse hecho amigos y discípulos suyos. Así pues ¿Qué es esa «Buena Noticia» que la gente encuentra también hoy tan difícil de aceptar? ¿Y por qué Jesús nos invita a la conversión para que podamos verdaderamente creerla, “Convertíos y creed en la Buena Noticia”?
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