1. Una consigna atractiva pero insuficiente.
No hemos de olvidar la tentación siempre latente en la Iglesia, de seguir haciendo lo que siempre se ha hecho, lo que en otros tiempos nos ha servido para sentirnos dominadores y fuertes, poderosos e importantes. Es sencillamente la tentación de sobrevivir sin conversión ni transformación alguna en la Iglesia. Mientras tanto, en nuestra sociedad posmoderna, Dios se va convirtiendo de manera acelerada en una palabra sin contenido, una abstracción y, muchas veces, en un mal recuerdo a olvidar para siempre. Despertar hoy, entre nosotros una “Iglesia en salida” solo será posible con la reflexión lúcida y responsable de los teólogos y teólogas y, sobre todo, con la acción creativa y responsable de los pastores de las comunidades cristianas
2. En salida a la sociedad postmoderna.
Para promover hoy una teología para una Iglesia en salida hemos de ahondar mucho más en el conocimiento de la sociedad posmoderna, con sus tensiones, contradicciones e incertidumbres. ¿Por qué? Primero, porque si la ignoramos seguiremos haciendo una teología conceptual, formulada en un lenguaje premoderno, anacrónico e ininteligible en nuestros días. Segundo, porque si ignoramos las preguntas que emergen de la “crisis de Dios” en nuestros tiempos, no sabremos ofrecer la Buena Noticia de Dios. Solo me detengo en este último punto.
Para continuar leyendo: