

El Papa Francisco impartió la tradicional Bendición “Urbi et Orbi” (a la ciudad de Roma y al mundo) con motivo de la celebración de la Navidad este 25 de diciembre.
En su mensaje pronunciado desde el balcón central de la fachada de la Basílica Vaticana, el Santo Padre reconoció que “son muchas las dificultades de nuestro tiempo, pero más fuerte es la esperanza, porque ‘un niño nos ha nacido’: Él es la Palabra de Dios y se ha hecho un infante, solo capaz de llorar y necesitado de todo. Ha querido aprender a hablar, como cada niño, para que aprendiésemos a escuchar a Dios, nuestro Padre, a escucharnos entre nosotros y a dialogar como hermanos y hermanas”.
A continuación, el mensaje pronunciado por el Papa Francisco:
Queridos hermanos y hermanas: ¡Feliz Navidad!
La Palabra de Dios, que ha creado el mundo y da sentido a la historia y al camino del hombre, se hizo carne y vino a habitar entre nosotros. Apareció como un susurro, como el murmullo de una brisa ligera, para colmar de asombro el corazón de todo hombre y mujer que se abre al misterio.
El Verbo se hizo carne para dialogar con nosotros. Dios no quiere tener un monólogo, sino un diálogo. Porque Dios mismo, Padre, Hijo y Espíritu Santo, es diálogo, eterna e infinita comunión de amor y de vida.
Dios nos mostró el camino del encuentro y del diálogo al venir al mundo en la Persona del Verbo encarnado. Es más, Él mismo encarnó en sí mismo este camino, para que nosotros pudiéramos conocerlo y recorrerlo con confianza y esperanza.