Los confinamientos y otras medidas tomadas en todo el mundo para frenar la expansión del coronavirus están solapando otra realidad trágica, una expansión a marchas forzadas de la tuberculosis que podría matar en los próximos cinco años a un millón cuatrocientas mil personas.
Un estudio realizado, entre otros, por el Imperial College de Londres y la universidad John Hopkins, añade que la enfermedad podría sumar en ese tiempo más de seis millones de enfermos adicionales.