
Autor: Carmen Costa
La industria mundial de la piña produce anualmente 766 millones de toneladas de residuos después de la cosecha. Solo en Kenia produce 80.000 toneladas mensuales, que se eliminan a través de la quema o la descomposición química de CO2 y metano que son perjudiciales para el medio ambiente. Este problema va muchos más allá del cambio climático, ya que también es una de las principales causas de problemas respiratorios y cáncer.
Con este problema en mente, se creó Pine Kazi, una nueva e innovadora empresa social, que trabaja junto a jóvenes desempleados para convertir los residuos de piña en zapatos ecológicos que se venden en todo el mundo. Además de los zapatos, con estas fibras provenientes de las hojas de piña, se crean también bolsos ecológicos que ofrecen oportunidad de trabajo a las comunidades locales.
Esta idea de utilizar los desechos vegetales para producir fibras textiles está ganando peso en África, abrumada por los miles de prendas de poliéster que contaminan el medio ambiente, pues terminan en vertederos y en el agua. Así, la directora ejecutiva de Pine Kazi afirma que por cada 1000 toneladas de desechos que recolectamos, reducimos las emisiones de carbono y metano en 0,28 toneladas.
Asimismo, en Uganda, del plátano se obtienen fibras vegetales muy parecidas al algodón, perfectas para hacer artesanías como toallas y alfombras y también extensiones de pelo como alternativa a las sintéticas y no reciclables.
Fuente: JUNIO 2024 – Nº222. Boletín de los Misioneros de África (Padres Blancos) y Hnas. Misioneras de Ntra. Sra. de África (Hermanas Blancas)