A los pies de Sierra Nevada, la ciudad de Granada es un llamativo ejemplo de la mezcla única de culturas que es Andalucía. Sus ostentosos monumentos y sus calles laberínticas le han otorgado tal fama mundial que el escritor español Pedro Antonio de Alarcón se preguntaba: «¿Quién no conoce y admira a Granada aunque no la haya visitado nunca?».
Para los que sí la visiten, la primera parada debería ser el barrio de Albaicín, con sus casas blancas y sus callejuelas empedradas. Las calles serpenteantes y estrechas de este laberíntico lugar, centro de la ciudad original de Granada, nos llevarán hasta recónditas plazas llenas de luz. Además, por el camino veremos impresionantes edificios, como palacios, antiguas casas señoriales e iglesias. El agua siempre está presente en este conjunto monumental, desde la confluencia de los cuatro ríos sobre la que se fundó Granada hasta los aljibes, los vergeles y los Cármenes, quintas típicas con jardín.