Hatise es madre de seis hijos. Pertenece a la etnia dorze y vive en las montañas de los lagos Chamo y Abaya, cerca de Arba Minch. Su casa está llena de humo. Hatise es una de las 74 millones de personas etíopes que no puede simplemente encender la luz o la vitro para cocinar. Su familia depende del fuego.
“Solo el 40% de la población etíope tiene electricidad”, asegura Endo, guía etíope de Rift Valley Expeditions. Según los últimos números de 2021 del Banco Mundial, el dato difiere entre el sector urbano, donde casi la totalidad de la población tiene servicio, y las zonas rurales, donde únicamente el 42,8% de la población tiene acceso. A nivel general, solo el 54,2% de la población etíope tiene electricidad.
Etiopía apuesta en verde
En 2016, el gobierno de Adís Abeba aprobó el Growth and Transformation Plan II, una estrategia para acelerar la transición energética y fomentar la creación de centrales alimentadas por fuentes renovables. El gerente de Estrategia e Inversión de Plantas de Energía del Departamento de Planificación Corporativa de Energía Eléctrica, Maralem Amdeberhan, aclaró que pretenden satisfacer las necesidades de la economía a partir del uso del agua, el viento, la energía solar y el vapor subterráneo.
La Agencia Internacional de Energía (IEA) afirmaba que Etiopía está diversificando la generación hidro dominada con solar, hidráulica y geotermal para “conseguir un sistema de energía más resistente al clima y alcanzar los objetivos de desarrollo económico”.