Francisco, sobre la renuncia de Aupetit: «Los pecados de la carne no son los más graves»
Hernán Reyes Alcaide, corresponsal en el Vaticano
El papa Francisco aseguró este mediodía, en el vuelo que le traía de regreso a Roma tras cinco días de viaje a Chipre, Grecia y la isla de Lesbos que «la democracia es un tesoro que debe ser custodiado» y llamó a defenderla frente a los «riesgos» que suponen los populismos y los posibles «imperios» de potencias internacionales.
«La democracia es un tesoro de civilización. Y debe ser custodiada», pidió el pontífice. Para el Papa, la democracia «debe ser custodiada no solo de una entidad superior sino en los mismos países».
«Y veo dos peligros. Uno es el de los populismos que están por acá y por allá», aseveró Jorge Bergoglio, quien en Atenas había advertido por un «retroceso» democrático global.
«Pienso en un gran populismo del siglo pasado, el nazismo, que fue un populismo que defendiendo los valores nacionales, según decía, llevó a la muerte de la gente y se volvió una dictadura cruenta», afirmó en esa dirección. Así, el Papa deseó «que los Gobiernos no resbalen hacia el camino de los populismos».
De todos modos, como ya ha hecho en otras oportunidades, el Papa explicó que «estos populismos no tienen nada que ver con los popularismos, que son la expresión de los pueblos libres, que tienen que ver con su identidad, su folklore, sus valores, su arte»
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En un nuevo llamado para que los países europeos reciban más personas, Francisco planteó además que «cada Gobierno debe decidir claramente cuántos pueden recibir. Ellos saben de cuántos son capaces».«Pero los migrantes deben ser acogidos, acompañados, promovidos e integrados», insistió.
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De todos modos, el Papa criticó los comportamientos curiales en estos casos y planteó que «nuestra iglesia no esta habituada a ver un obispo pecador, hacemos de cuenta y decimos ‘mi obispo en un Santo'».
En ese marco, el pontífice aseveró que «el chusmerío crece, crece, crece y le quita la fama a una persona. que la pierde no por el pecado, sino por el chusmerio de quienes son responsables de contar las cosas».
«Y luego de que te quitaron la fama así públicamente no puedes gobernar, por eso acepté su renuncia. Pero no sobre el altar de la verdad, sino sobre el de la hipocresía»