NI HUMILDES NI MANSAS
IMMA CALVO, amigos@feadulta.com
LAS ROZAS (MADRID).
ECLESALIA, 28/06/23.- Amigas y amigos: El evangelio de esta semana es desconcertante. Se ponen en boca de Jesús palabras que no son precisamente ni humildes ni mansas. “El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí”. “El que no coge su cruz y me sigue, no es digno de mí”. Aunque el evangelista se tomó estas atrevidas licencias, la intención no era mala. Pretenden una reflexión sobre la calidad y el compromiso de nuestro seguimiento. Como caminantes individuales, como comunidad, como Iglesia que somos. Con eso queremos quedarnos.
Evangelio y comentarios al Evangelio
Mateo 10, 37-42. El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí.
Miguel Ángel Munárriz: El principio antrópico. El sueño de Dios no es la raquítica salvación de media docena de perfectos.
José Luis Sicre: Exigencias y recompensa. Los primeros cristianos, en momentos de persecución, tuvieron que poner el seguimiento a Jesús por encima de su seguridad e incluso por encima de sus lazos familiares.
Enrique Martínez Lozano: ¿Quién es el «mí», del que habla Jesús? Las exigencias de seguimiento absoluto no son palabras del Maestro sino una catequesis elaborada posteriormente con un planteamiento típicamente sectario.
Fray Marcos: El amor a Dios y al padre no se pueden comparar porque son de naturaleza distinta. Si el amar a Dios se opone a otro amor, uno de los dos es falso.
José Antonio Pagola: El peligro de un cristianismo sin cruz. Uno de los mayores riesgos del cristianismo actual es ir pasando poco a poco de la «religión de la cruz» a una «religión del bienestar».
Carmen Notario: La primera lealtad para Jesús. Amar a Jesús no descarta amar al prójimo, nada más lejos de su mensaje. Se trata de discernir y expresar nuestro amor de una forma práctica y real.
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